domingo, 1 de mayo de 2011

Se nos fue Ernesto Sábato

El escritor argentino Ernesto Sábato falleció ayer en su casa de la ciudad de Santos Lugares (Argentina), ha confirmado a la radio argentina Mitre su compañera Elvira González Fraga. "Hace como quince días tuvo una bronquitis y a la edad de él esto es terrible", ha explicado. El considerado exponente de las letras argentinas con mayor proyección internacional tenía 99 años y el próximo 24 de junio iba a festejar su centenario. De hecho, iba a ser homenajeado mañana en la Feria del Libro por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires.
Sábato nació en Rojas, provincia de Buenos Aires, en 1911. Además de novelista y ensayista, era doctor en Física. Trabajó en el Laboratorio Curie, en París, y abandonó definitivamente la ciencia en 1945 para dedicarse exclusivamente a la literatura. En 1984 había recibido el Premio Cervantes, el más importante de la literatura en español, y llegó a ser propuesto por la Sociedad General de Autores y Editores de España como candidato al Premio Nobel de Literatura de 2007.
Sus tópicos más recurrentes se encargaban de la crisis del hombre en nuestro tiempo y de la reflexión sobre la propia literatura. Sus obras más destacadas son El escritor y sus fantasmas (1963), Apologías y rechazos (1979), El túnel (1948), Sobre héroes y tumbas (1961), y Abbadón el exterminador (1974). Su última obra publicada fue España en los diarios de mi vejez, fruto de los viajes en 2002 a tierras españolas mientras Argentina se sumergía en la más feroz crisis económica de su historia.
Es destacable su firme compromiso político y ético que confluye en su obra. En 1984 presidió la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas que redactó el Informe Sábato o Nunca más sobre los horrores de la última dictadura militar (1976-1983), que abrió las puertas para el juicio a las juntas militares de la dictadura militar en 1985. El prólogo del informe le valió fuertes críticas de organismos humanitarios que cuestionan la llamada "teoría de los dos demonios" sobre la violencia política que sacudió a Argentina en la década de 1970. En el texto, el escritor sostuvo que en los años 70 Argentina "fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda".
Sábato también llenó su tiempo con la pintura, aunque confesó que su "espíritu autodestructivo" lo llevó a destruir buena parte de sus obras. "Arrastrado por amigos", según declaró, presentó una decena de sus obras en 1989 en el Centro Pompidou de París y del mismo modo lo hizo después en Madrid.
El escritor argentino atravesó momentos difíciles en su vida con la muerte en 1995 del mayor de sus dos hijos, Jorge, en un accidente de tráfico, y con el fallecimiento en 1998 de su primera esposa, Matilde.
Entre los numerosos premios recibidos por Sábato también figuran el Menéndez Pelayo (1997) y el Gabriela Mistral (1983), otorgado por la Organización de Estados Americanos (OEA).
A Ernesto Sábato podríamos encuadrarlo dentro de la NUEVA NOVELA HISPANOAMERICANA. En 1962 se publicaba en España La ciudad y los perros, del peruano Mario Vargas Llosa. En 1967 llegaba Cien años de soledad de García Márquez. Por esas fechas, aparecen asimismo novelas como Sobre héroes y tumbas del argentino Ernesto Sábato, El astillero, del uruguayo Juan Carlos Onetti, El siglo de las luces de Carpentier, La muerte de Artemio Cruz del panameño Carlos Fuentes, Rayuela del argentino Julio Cortázar (nació en Bélgica, pero es argentino), Paradiso del cubano Lezema Lima, etc. Para los lectores españoles, desatentos a la novela hispanoamericana hasta entonces, obras como estas produjeron el mayor asombro. Inmediatamente se descubrió y se devoró con avidez la obra de los autores citados y de otros ya mencionados. Era el llamado boom de la novela hispanoamericana. Se imponía la existencia de una gran narrativa. Y tal ha sido, sin duda, uno de los grandes acontecimientos literarios de nuestro tiempo.
En realidad, los nuevos novelistas hispanoamericanos continuaban en la línea de innovaciones señaladas en el apartado anterior, de tal modo que la frontera entre algunos de aquellos autores y éstos puede parecer arbitraria. En cualquier caso, es evidente que los nuevos novelistas llevan tales innovaciones a sus últimas consecuencias, a la par que enriquecen aún la novela con nuevos recursos.
Como características, se confirma la ampliación temática y, en especial, se incrementa la preferencia por la novela urbana. Cuando aparezca el ambiente rural recibirá un tratamiento muy nuevo.
La integración de lo fantástico y lo real se consolida. El realismo mágico es, en efecto, uno de los rasgos principales de los nuevos novelistas,pero es en el terreno de las formas en donde se observa una mayor ampliación artística. La estructura del relato es objeto de una profunda experimentación. La experimentación de la novela afectará, de modo particular, al lenguaje mismo, con la superposición de estilos o registros, con distorsiones sintácticas y léxicas, con una densa utilización del lenguaje poético, etc.
Por debajo de todo ello, late el convencimiento de la insuficiencia práctica y estética del realismo.
Pero esta ruptura con la técnica realista no supone exactamente un alejamiento de la realidad, sino una voluntad de abordarla desde ángulos más ricos, más reveladores y más válidos estéticamente.
Esta evidente preocupación estética tampoco supone que el escritor abdique de propósitos testimoniales o de denuncia; al contrario: novelistas como los que citamos suelen proclamar ideas sociales y políticas muy avanzadas. Pero, como dijo Julio Cortázar: “el primer deber del escritor revolucionario es ser revolucionario como escritor; es decir, romper con los moldes expresivos heredados de otras épocas y proponer un arte nuevo, más acorde con las profundas mutaciones de nuestro tiempo”.
Por último, si estéticamente, nos encontramos ante una novela acorde con la narrativa universal contemporánea, no por ello será menos americana la novela de los autores de que ahora tratamos.
Estamos, en suma, ante un arte nuevo que ocupa ya un lugar preeminente en la novela mundial.