domingo, 10 de octubre de 2021

Cumbre Vieja

El diecinueve de septiembre de 2021 los habitantes del Valle de Aridane, de Benahoare y de las Islas Canarias asistíamos a la visión de la erupción de un volcán en la zona de Cumbre Vieja, tristemente famosa por culpa de dos vulcanólogos británicos de tres al cuarto, cuyos nombres no merecen la pena ni mencionar. Estos dos elementos de medio pelo se habían vendido al mundo con una estúpida teoría sobre un deslizamiento de tierras que provocaría un tsunami que llegaría a las costas de Nueva York y de toda la Costa Este de Estados Unidos hasta Brasil.

Como bien decía Oscar Wilde: “el hombre puede soportar las desgracias que son accidentales y llegan de fuera; pero sufrir por sus propias culpas es la pesadilla de la vida”. Ante una desgracia como la que está aconteciendo, debe hacerse un ejercicio de memoria y habría que recordar que las autoridades tenían un semáforo naranja que permanecía en ese color el mismo domingo diecinueve de septiembre. En este sentido, un amigo cuenta que no recibió aviso alguno de evacuación antes de que "el bicho", como muchos llamaron al nuevo volcán, se comiera su casa de Los Campitos, su finca y sus sueños...Porque había invertido muchísimo dinero en construirse un hogar autosostenible: paneles solares que lo eximían de la estafa de las eléctricas y aljibe para no depender de los "aguatenientes". Tampoco escapan de su responsabilidad los científicos, quienes afirmaban que nos encontrábamos ante un volcán que tenía una cuarta parte del magma del Teneguía.

En el otro extremo, el godo ignorante culpaba a los habitantes del Valle de Aridane por construir viviendas y fincas de plátanos en terrenos que el Volcán de San Juan ganó al mar… ¿Por qué no llaman idiotas a los habitantes de San Francisco, en Estados Unidos, por estos residir en la Falla de San Andrés: acaso no están en peligro de un terremoto? ¿Hay que expulsar a las personas que residen en Nápoles porque están a nueve kilómetros de distancia del monte Vesubio, un volcán activo?   

El palmero, veterano en este tipo de eventos, sabía de la inminencia de la erupción y se extrañó e indignó del tangerino nivel de emergencia con el que las autoridades trataban de tranquilizar e idiotizar al pueblo. Siguieron mintiendo al palmero con información relativa a una comparativa amañada y falsa que hacía un símil entre el Teneguía y este volcán que aparecía en Tajogaite (últimamente conocido como "Cabeza de Vaca"), en el municipio de El Paso: “se trata de una erupción muy suave que contiene la cuarta parte del magma expulsado por el volcán del Teneguía en 1971”. 


Con el transcurrir de los días, el nuevo volcán arrojó más lava a la superficie en una semana, que el Teneguía en veintitrés…

Como si de la COVID-19 se tratara, pasaban los días y la comunidad científica llegó a afirmar que los palmeros no debían de preocuparse porque se habían formado dos tubos volcánicos que canalizarían las lavas sin ocasionar más pérdidas materiales y psicológicas.

Pérdidas de barrios, desorientaciones y desubicaciones relativas al terruño que vio nacer y crecer al palmero del Valle de Aridane, unidos a otros trastornos psicológicos que costarán recuperar con el transcurso de los años…

Un volcán que no tiene nombre porque no dan ganas de denominar a este Cíclope Soplete que se ha llevado por delante el esforzado trabajo de un palmero que durante años convirtió en vergel un negro malpaís feo e improductivo. Gente humilde y trabajadora que emigró a Venezuela con la finalidad de hacer dinero y ahorrarlo para algún día volver a su querida isla y colaborar en darle prosperidad; no teniendo así sus hijos que dejar temporalmente su terruño, como ellos. Se llevó, de forma ilegal en la mayoría de los casos (hay que reconocerlo), tierra del monte para construir en el malpaís que dejó el Volcán de San Juan las fincas de plátanos más productivas de todas las Islas Canarias.

Se ha echado en falta el liderazgo que las autoridades insulares y regionales tuvieron que haber tomado, ya que seguían a “pies juntillas” los dictados de la comunidad científica que estos días buitrea la isla de La Palma. Gente inexperta, en muchos casos, que se atreve a afirmar de forma contundente que este fenómeno vulcanológico no se pasará al otro lado de la isla, argumentando la profundidad del magma…¿Habrá que hacer caso a sus predicciones de nuevo, cuando la historia nos relata que en 1949 surgió el Volcán de San Juan en la misma zona que este último, cesó su actividad durante cinco días, y luego salió por Mazo, más concretamente por las bocas del Nambroque, el Durazno y Hoyo Negro? ¡Ojalá que acierten en esto último!

Por otro lado, ha sido tal la desorientación, que todo un presidente del Gobierno Autónomo de Canarias "se jacta" en afirmar que es la erupción volcánica más destructiva de Europa...¿Hasta cuándo esa falta de identidad, que conlleva al complejo de inferioridad? ¿Es acaso una ofensa que el resto del mundo nos sitúe en el norte de África? Ser africano, desde un punto de vista geográfico, sigue siendo un "insulto" en una población cada vez más falangista y racista que olvida que nuestros antepasados fueron a matar el hambre a Ciudad Cisneros, en la antigua provincia española del Sáhara, o que nuestros marineros iban a faenar al banco pesquero canario-sahariano. La mitad de nuestro ADN es bereber, de esa etnia amazigh del norte de África. Desde un punto de vista político, las Islas Canarias pertenecen a España y forman parte del territorio ultraperiférico de la Unión Europea; desde un punto de vista cultural, Canarias comparte mucho con Hispanoamérica y con Europa; desde un punto de vista geográfico, somos lo que somos...

De nada sirve tanta mentira piadosa con la intención de tranquilizar a la gente, dentro del buenismo y la felicidad que está de moda en todos los ámbitos de una sociedad cada vez más analfabetizada e idiotizada. ¿Por qué un científico de fiar, como es el caso de Juan Carlos Carracedo, peninsular que lleva años afincado en Canarias, no nos cuenta lo que sabe e intuye? ¿Por qué no se escucha la opinión de la gente anciana palmera que ya vivió los volcanes del San Juan y del Teneguía? 

No hay culpables en una tragedia natural como la que está sucediendo, pero el palmero necesita saber esa verdad que oculta algún científico sobre lo que va a suceder en estos próximos días para poder ir pensando en reconstruir el Valle de Aridane y, esperemos que no, la zona de Mazo...

La población palmera ni saldrá más reforzada ni será más fuerte que el volcán, como venden los "tarados de la happycracia", sino que jamás se rendirá... Tampoco pide limosnas, porque sus casas y fincas no valen treinta mil euros, sino que exige que le devuelvan su terreno para empezar a reconstruir lo que había antes de ese ya fatídico diecinueve de septiembre de 2021.