sábado, 6 de marzo de 2010

Textos periodísticos y sus características lingüísticas.



Textos periodísticos.

El fenómeno periodístico es una forma de comunicación consistente en la transmisión de contenidos informativos a través de unos canales, que son los Medios de Comunicación de Masas, a un receptor constituido por un público amplio, disperso y heterogéneo.
Estos medios son hoy muchos y variados. No obstante, las modalidades fundamentales de esta comunicación, que adaptan sus mensajes a la intención del emisor, siguen siendo tres: la información, la opinión y la propaganda.
La información es la modalidad que da sentido inicial al periodismo, y puede definirse como la difusión objetiva de noticias, es decir, de hechos ocurridos recientemente con interés para el lector.
En esta definición aparecen ya hechos destacables: la objetividad, condición esencial de la información, aunque no siempre se dé, y la actualidad, rasgo inherente al término noticia. Si un hecho no es actual, no es periodístico: los periódicos se renuevan a diario y ofrecen informaciones que dejan anticuadas a las del día anterior.
Añadidos a los anteriores, hay otros rasgos que provocan que un hecho se convierta en noticia, en materia informativa. Entre otros, podemos señalar:
- La prominencia, es decir, la importancia intrínseca de los hechos y de sus protagonistas, por ejemplo: un terremoto o unas elecciones son inevitablemente noticias importantes.
- La proximidad. Nos interesan los hechos que suceden a nuestro alrededor, y así por ejemplo, son más importantes para nosotros los incendios de nuestros propios bosques que los de Australia o California.
- El interés humano, como el que tienen los hechos que afectan a nuestra sensibilidad o, simplemente, a nuestra curiosidad, por ejemplo: tragedias, hambrunas, actos heroicos, etc., por un lado; y la información irrelevante, pero que sacia la curiosidad de determinados estamentos, como por ejemplo: la llamada “prensa del corazón”, por el otro lado.
- La rareza. Interesa lo que se sale de lo habitual, lo que llama la atención por ser distinto de lo que ocurre diariamente.
- La utilidad. Aquello que puede proporcionar algún beneficio a la comunidad, como puede ser por ejemplo la creación de una industria que va a proporcionar puestos de trabajo.
- El entretenimiento y diversión. Basta fijarse en la gran cantidad de espacios dedicados al deporte en cualquier periódico o emisora de radio.
Podríamos seguir añadiendo otros como cultura, economía, etc. que constituyen las secciones especializadas.
La opinión va más allá de la simple información, puesto que consiste en analizar, juzgar y valorar los hechos que la información transmite. Por tanto, se trata de una interpretación de los mismos a la luz de una determinada ideología. De acuerdo con ello, se pueden señalar como rasgos caracterizadores de la opinión periodística los siguientes:
- Subjetividad. El periodista o colaborador interpreta los hechos según sus ideas y su visión del mundo.
- Intención analítica. Se “disecciona” la noticia tratando de hallar sus causas, consecuencias, repercusiones posteriores, etc., siempre de cara al receptor.
- Influencia en la opinión pública. El destinatario llega a menudo a formar su propia opinión partiendo del influjo que en él ejercen determinados periodista o publicaciones.
- Responsabilidad. El firmante de un artículo de opinión es responsable de lo que en él afirma. - Estilo personal. Los escritos de opinión permiten el desarrollo de un estilo propio, que en ocasiones se acerca a lo literario.
Finalmente, son los géneros de opinión los que caracterizan ideológicamente un medio informativo.
La propaganda da un paso más, ya que no se queda en la interpretación de los hechos, sino que intenta convencer al receptor para actúe en un determinado sentido. Sus rasgos esenciales son:
- Actitud proselitista, es decir, intenta ganar adeptos para una causa, sea política, social, religiosa, etc.
Aun siendo por naturaleza subjetiva, emplea argumentos aparentemente objetivos, a diferencia de la exaltación del individuo propia de la publicidad, con la que no hemos de confundir la propaganda.
- No oculta sus fines, y siempre que respete la libertad del destinatario, es perfectamente lícita.
Puede poseer sus propios órganos de expresión: prensa confesional o de partido, boletines y revistas de diversas organizaciones, etc. también puede insertar, pagándolos, sus mensajes en los medios de comunicación habituales.

Los géneros periodísticos.

Son las distintas estructuras textuales que, fijadas por la prensa escrita, se han extendido a otros medios.
Géneros informativos.

Poseen todos ellos una estructura que se fundamenta entres partes: los titulares, encabezamiento o entradilla (también llamado lead) y el cuerpo.
Los titulares cumplen diversas funciones: por un lado, informan del contenido de la noticia, a la vez que la jerarquizan y clasifican; por otro lado, sirven de reclamo, atraen la atención del lector: de ahí la variedad de tipografía y tamaño.
En cuanto a su estructura, constan de tres partes: el antetítulo, el título y el subtítulo.
El principal es el título, que contiene lo esencial de la información, mientras que los otros encierran matizaciones o ampliaciones. El título está siempre presente, en cambio, el antetítulo y el subtítulo aparecen, uno y otro, o ambos, en relación con la importancia y extensión del texto.
El encabezamiento o entradilla (también llamado lead), que contiene los aspectos fundamentales de la información, concentrados en las famosas 6 w (del inglés): who (quien), when (cuándo), where (dónde), how (cómo), why (por qué). A estas preguntas se supone que tiene que responder el periodista en el primer párrafo del texto.
El cuerpo ocupa el resto del escrito y supone un desarrollo y ampliación de lo que se dice en el encabezamiento. El contenido de los sucesivos párrafos se dispone en un orden decreciente en cuanto al interés, de manera que lo más relevante se sitúa al principio, quedando para el final los detalles secundarios. Por todo lo anterior, se dice que la estructura de los textos informativos es la de una pirámide invertida, con la base, el grueso de la información, arriba, y el vértice, lo menos significativo, abajo.
No obstante, existe también la estructura opuesta, es decir, la del relato de interés creciente, aunque es mucho menos habitual.

Los géneros informativos más destacables son:

La noticia, escrito muy breve que contiene esencialmente el encabezamiento o entradilla (lead). Según su contenido y el lugar del periódico donde aparecen se denominan gacetillas, cuñas, breves, etc.
La ampliación de agencia. Sigue siendo totalmente impersonal y consiste en una breve ampliación del encabezamiento. No suele ocupar más de media columna.
El reportaje. Es una ampliación y “humanización de la noticia”. El reportero acude al lugar de los hechos, se convierte en testigo de los mismos, hace fotografías y filmaciones, realiza entrevistas, etc.; con todo lo cual, la noticia “cobra vida”, deja de ser una información fría e impersonal: el “relato” da paso a la “dramatización”. Por su naturaleza, es un medio que se adapta muy bien a los medios audiovisuales.

Géneros de opinión:

El editorial. Es un artículo de fondo no firmado, referente a un destacado tema de actualidad, expuesto con una seriedad que invita a la reflexión.
Características:
- Emisor. El responsable es el periódico, aunque haya una serie de personas que lo redacten. Responde a la ideología del periódico. Carece, por ello, de firma.
- Receptor. No siempre tiene un receptor universal. En ocasiones, los editoriales están escritos pensando en un receptor concreto, como el Gobierno, o determinados sectores de la opinión pública.
- Mensaje. Los acontecimientos de actualidad
- Estructura. Presenta una estructura definida. Presentación del "staff" (grupo editorial al que pertenece con los principales responsables) del periódico y editorial propiamente dicho. En el editorial predomina el discurso expositivo, mezclado con el argumentativo: exposición de hechos y su valoración.
- Intención del discurso. Formar opinión sobre un tema destacado. El tono del discurso es siempre serio, invitando al receptor a la reflexión sobre los hechos.
- Aspectos lingüísticos. De acuerdo con el tono, presenta un estilo culto. A pesar de expresar opiniones, se pretende la objetividad. Este hecho se apoya, en ocasiones, en recursos retóricos de extremada habilidad expresiva. Por ello, no le son ajenos tampoco los recursos literarios.
El artículo de fondo o tribuna. Es una exposición o argumentación que contiene el pensamiento o la opinión de una personalidad reconocida, en relación con un tema concreto.
Características:
- Emisor. Un emisor especializado ajeno al periódico. Su opinión no tiene que coincidir necesariamente con la opinión del grupo editorial. El artículo ha sido y es un valioso vehículo de expresión, muy utilizado por los pensadores, políticos, sociólogos y autores literarios de todos los tiempos: Larra, Clarín, Cela, Umbral...Por tanto, predomina la subjetividad, al contener el pensamiento u opinión particular de una persona.
- Mensaje. La amplitud temática es inmensa. Se puede confundir con un texto humanístico, científico, jurídico, literario, etc.
- Estructura. Totalmente libre, a voluntad del articulista. Sólo en algunos medios ocupa un lugar destacado y preferente, como La Tercera de ABC. En otros casos, aparece siempre en la sección de Opinión. Pueden aparecer todas las variedades discursivas: narración, descripción, exposición, argumentación, etc.
- Intención del discurso. Dar a conocer la opinión del autor sobre un determinado tema. En muchas ocasiones, responde a una finalidad didáctica, hasta el punto de convertirse en verdaderos ensayos. Muchos autores forman un libro de ensayos con la recopilación de artículos publicados en prensa.
- Aspectos lingüísticos. Como se señalaba antes, lo peculiar del artículo es la combinación de un estilo divulgativo (propio de lo periodístico) con las diferentes tipologías textuales, especialmente lo literario.
La columna. Comentario personal sobre un tema de actualidad.
Características:
- Emisor. Un colaborador habitual del periódico. No pertenece a la plantilla del periódico, pero mantiene una estrecha colaboración con el mismo.
- Mensaje. La principal característica de la columna es la combinación de elementos referenciales reales con elementos ficticios. Es el género que combina la realidad periodística con la ficción literaria. Lo literario no aparece como un elemento caracterizador del estilo, sino como un elemento caracterizador del contenido del mensaje.
- Estructura. Absolutamente libre. Sólo cabría hacer su caracterización externa: la brevedad. Si se llama columna es porque ocupa el espacio de una columna.
- Intención del discurso. Antes que dar a conocer la opinión del autor, la finalidad es literaria: el placer estético. Pero se aleja de lo literario en muchas ocasiones por su pragmatismo, de muy diversa índole.
- Aspectos lingüísticos. Son la mejor manifestación del particular estilo de su autor. Están muy presentes todos los recursos que conducen al humor (bien entendido): juegos de palabras, ironía, exageraciones, etc.
La crítica. Analiza acontecimientos culturales de actualidad. A veces es difícil separar la crónica de la crítica, pues tienen amplias zonas en común, tanto en los aspectos temáticos como estructurales y lingüísticos. La intención es idéntica: combina lo informativo, la opinión y el entretenimiento.
- Emisor. Una persona especializada en la materia. Igual que la crónica, admite la subjetividad. El crítico es uno de los profesionales que goza de peor prestigio, pues su labor tiene que mediar tanto de la adulación como de la severidad. Es muy difícil encontrar el término medio.
- Mensaje. Definir el término cultura sería demasiado prolijo y, probablemente, no se acertaría en ello. Hoy se ha ampliado el término hasta límites insospechados. Podría entrar incluso, la crítica de televisión.
- Estructura. Suele tener una estructura definida: una ficha inicial, con todos los datos objetivos (película/director/actores; obra dramática/autor/director; libro/autor/editorial etc.) remarcados especialmente (tipografía, recuadros, u otros recursos) y luego la crítica propiamente dicha.
El comentario. Es un análisis breve de un hecho informativo de cara al lector, tratando de hacerle ver las implicaciones del mismo. Cuando tiene un carácter incisivo y trata de llamar la atención y causar efecto, se denomina suelto. Si aparece junto a un texto informativo, a modo de explicación y análisis, recibe el nombre de despiece.

Géneros híbridos (información + opinión).

La crónica. La crónica es una noticia ampliada, esto es: la información de un suceso, pormenorizado y comentado por el periodista que lo recoge. Comparte características del reportaje, porque exige la presencia del periodista en el lugar de los acontecimientos.
Características:
- Emisor. Un periodista especializado en la materia de la que trate la crónica. Admite, pues, la subjetividad, al incorporar la propia opinión del periodista.
- Mensaje. Acontecimientos de actualidad muy reciente. Los temas son muy variados, desde los toros o el fútbol (las crónicas más habituales hoy) hasta las crónicas de guerra o catástrofes.
- Estructura. Se combinan los elementos informativos con la opinión de una forma muy libre. En el caso de las crónica taurinas o futbolísticas (también deportivas, en general: baloncesto, ciclismo, motorismo, etc.) su estructura es similar a la crítica: una ficha inicial, con todos los datos objetivos (público/toros/toreros/trofeos; campo/jugadores/resultado, etc.) remarcados especialmente (tipografía, recuadros, u otros recursos) y luego la crónica propiamente dicha.
- Intención del discurso. Cumple los tres objetivos señalados
• Informar. No suele ser su misión principal, puesto que todos los datos se pueden conocer con antelación por otros medios
• Formar opinión. Los receptores suelen seguir las diversas opiniones de los cronistas, perfectamente identificados por su firma
• Entretener. La variedad en el estilo es característica fundamental.
- Aspectos lingüísticos. Puede emplear un lenguaje literario, puesto que el autor no tiene impedimento para dotar a la información de una belleza expositiva en su redacción. Los recursos literarios son especialmente ricos en las crónicas taurinas, que generalmente exigen del receptor el conocimiento previo de un léxico, así como expresiones, especializado; de lo contrario son difícilmente comprensibles para el público en general.
La entrevista. Es una conversación llevada a los medios de comunicación. A través de ella se dan a conocer una serie de datos y, a menudo, se realiza un análisis de los mismos. Hay dos tipos fundamentales: la entrevista de declaraciones, basada en la técnica pregunta-respuesta, y la entrevista perfil, mediante la que se traza una semblanza de alguien y permite mayor libertad para introducir comentarios, datos biográficos, etc.
Los géneros de opinión y los híbridos (información + opinión) utilizan las características del lenguaje típico de las disciplinas humanísticas.

Las características más notables de este tipo de texto son: a) el empleo frecuente de vocabulario abstracto; b) la exposición y la argumentación como modos del discurso dominante, sometidos sin embargo, al imperativo de la claridad impuesto por la finalidad de divulgación inherente en estos géneros; y c) la aparición de los artificios literarios como recursos expresivos de la subjetividad del autor.
Se trata de un tipo de texto muy claramente estructurado y cohesionado, con el propósito de que el lector siga sin problemas el hilo de la exposición y capte los argumentos que apoyan las conclusiones del autor.
Se suele recurrir a tecnicismos de la disciplina sobre la que se habla y a un estilo culto, de sintaxis compleja, que permite profundizar en cuestiones difíciles y enrevesadas. Se busca siempre dar impresión de objetividad para conseguir el asentimiento del lector a las tesis planteadas, si bien este tipo de textos siempre tienen un componente de subjetividad, lo que le diferencia este tipo de texto del texto científico, siempre objetivo y sin elementos de opinión.
Rasgos fónicos.
Predomina la entonación enunciativa, aunque no falten ejemplos de la modalidad interrogativa o imperativa como recurso de estilo con finalidad divulgativa, didáctica y persuasiva.
Características morfológicas.
Sintagma nominal.
-Uso de sintagmas nominales con un valor de esencialidad, bien con sustantivos abstractos, bien con la omisión del determinante, por ejemplo:
“Cárcel suena bien a la hora de…”
-Uso de adjetivos calificativos tanto valorativos como descriptivos.
Sintagma verbal.
- Predomina el modo indicativo sobre el subjuntivo, aunque este último puede aparecer dependiendo del grado de subjetividad existente en el texto, dando un valor irreal.
- El tiempo verbal más frecuente es el presente gnómico (acción que se desarrolla fuera del tiempo; se usa en sentencias, refranes, etc.), por su carácter intemporal y porque da a las afirmaciones un carácter de verdad universal.
- Los verbos suelen estar conjugados en tercera persona, siendo frecuente la forma impersonal. Las intervenciones del autor en primera persona del singular suelen ser escasas porque esto resta objetividad a la argumentación. Sin embargo, es frecuente el uso de la primera persona del plural (plural mayestático) con el fin de establecer una identificación escritor-lector, o bien para ocultar la posible presunción que establece el uso de la primera persona del singular.
Características sintácticas.
- Son frecuentes las oraciones complejas con proposiciones en función adjetiva, nominal o adverbial-circunstancial causal.
- Proliferan los grupos oracionales por subordinación comparativa y consecutiva (luego, conque, pues, así es que, etc.).
- En el empleo de los grupos oracionales por coordinación podemos hablar de la coordinación adversativa, utilizada para restringir o refutar diversas afirmaciones. Del mismo modo, el deseo de claridad conduce al empleo de partículas y expresiones con valor explicativo, por ejemplo: es decir, esto es, etc.
Características léxico-semánticas.
Aparte de la abundancia de los sustantivos abstractos (como ya hemos mencionado anteriormente), abundan también los adjetivos y verbos con valor descriptivo. Adjetivos sustantivados precedidos del artículo lo, por ejemplo: lo universal.
Otra de las características es el juego polisémico del léxico. Toda palabra establece en el texto un juego de sentido. El contexto quita la ambigüedad, por ejemplo: “El amor es una locura que sólo la cura el cura, y cuando el cura la cura comete una gran locura”.
Prolifera en estos tipos de textos una terminología aparentemente sinonímica, por ejemplo: lengua-habla, competencia-actuación, etc.
El vocabulario está cargado de elementos valorativos mediante los que se transmite la ideología, por ejemplo: libertad, igualdad, etc.

Objetividad y manipulación informativas.

Se habla de objetividad como condición necesaria de la información, pero con demasiada frecuencia no pasa de la teoría que estudian los aspirantes a periodistas. Habitualmente la información no se falsifica, pero sí se “orienta” en pro de unos intereses ideológicos, políticos, económicos y últimamente hasta deportivos. Para comprobarlo, basta comparar la información de un mismo hecho dada por dos periódicos de tendencias antagónicas, por ejemplo:
Éxito del Gobierno al aprobarse en el Congreso los Presupuestos del próximo año.
El Partido del Gobierno abusó de su mayoría para aprobar unos Presupuestos desequilibrados y discriminatorios.
Son muchos los recursos que permiten la adulteración. Unos, lingüísticos:
- Destacar en los titulares los aspectos que más interesa dar a conocer.
- Introducción subrepticia (‘que se hace o toma ocultamente y a escondidas’) de comentarios personales.
- Dificultar la comprensión del lector común empleando un lenguaje excesivamente técnico.
- Disimular lo esencial de la noticia en medio de un escrito farragoso.
- Llamadas de atención a través de interrogaciones, comillas, el subrayado, etc.
Otros son extralingüísticos:
- Página en que se sitúa.
- Espacio que se le da.
- Tipografía de los titulares.
- Refuerzo fotográfico, etc.



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