martes, 22 de junio de 2010

La poesía hispanoamericana en el siglo XX.

Del Modernismo a su superación. Poesía de Vanguardia. Poesía Pura. Poesía Negra. Poesía de los últimos decenios. César Vallejo. Pablo Neruda. Octavio Paz.

Del Modernismo a su superación.
A inicios de siglo predomina el Modernismo de Rubén Darío en poetas como Santos Chocano (Perú) o Amado Nervo (México).
En 1911 se produce un cansancio con relación al Modernismo y Ernesto González lanza una condena.
En 1920 la poesía ya va por otros caminos. Corrientes de vanguardia frente a una lírica sencilla y más humana: Alfonsina Storni (Argentina):Ocre (1958). Primeros libros de Vallejo y Neruda.
Poesía de Vanguardia. Vicente Huidobro (Chile): fundador del Creacionismo. Poemas árticos(1918).
Ultraísmo. Borges lo lleva a Argentina, donde surge el estridentismo.
Surrealismo.Huella profunda en Latinoamérica.
Poesía Pura. Paralelismo con la Generación del 27. Deshumanización no total, equilibrio entre tradición y renovación. Los Cotemporáneos: Gorostiza, Pellicer; grupo Piedra y cielo (Colombia), nombre inspirado en un poema de Juan Ramón Jiménez: preferencia por Eduardo Carranza. Sigue esta tendencia Lezama Lima.
Poesía Negra. Tema étnico de las Antillas. Nicolás Guillén, Motivos del Son.
Poesía de los últimos decenios (de 1945 hasta hoy). Pervive la "poesía pura" y también comprometida (Neruda, Canto General) y existencialista.
Poesía experimental. Surrealista en los últimos años. César Vallejo. Peruano. Marxista. Heraldos negros (supera el Modernismo); Trilce (1922): rompe con todo lo tradicional. Creación de palabras. Poemas humanos (obra póstuma, 1939): expresa el dolor de los hombres.
Pablo Neruda. Chileno. La mayoría de su obra contiene temática marxista. Crepusculario, poemario marxista. 1924: Veinte poemas de amor y una canción desesperada (amor juvenil). Residencia en la tierra, vanguardista, surrealista, concepción terrible del hombre. Canto General (1950), marxismo, poesía combativa, lenguaje más directo y menos elaborado, panfletarismo, aunque también consta de poemas grandiosos y de deslumbrantes imágenes. Odas elementales (1957): lenguaje poético sencillo.
Octavio Paz. México DF, 1914. Escribe varios libros donde cultiva una estética neorromántica al principio, luego pasa a la crítica social, para terminar en el existencialismo. Descubre el Surrealismo. 1933: primeros poemas recogidos en Luna silvestre. Poesía de los 40 y 50, donde culmina en Piedra de sol: 584 versos, contactos con los movimientos poéticos modernos. Desde 1935 hasta 1957: Libertad bajo palabra. En El arco y la lira (1956) resume sus ideas sobre la poesía, en las que incluye a los románticos alemanes, los parnasianos franceses y los seguidores del Surrealismo. Salamandra (1961): irracionalismo y esoterismo. Blanco (1967): poesía hacia la música y la pintura. Ladera Este (1968): liberación máxima del lenguaje y las palabras. Se le ha podido leer también como escritor de una poesía espacial: nueva percepción de mensajes, en conexión con Apollinaire.
Tendencias finiseculares.
Modernismo.
Movimiento de origen hispanoamericano, que posteriormente pasa a España y que puede considerarse la expresión de la cultura hispana de la crisis universal en torno a finales del siglo XIX (no olvidemos que también en otras literaturas como la francesa: Art Nouveau, inglesa: Modern Style y la alemana se producen movimientos de este tipo).
Los rasgos iniciales del movimiento son los mismos que en España -donde de hecho el Modernismo surge gracias a la gran figura del nicaragüense Rubén Darío-, esto es: renovación métrica, innovación en el vocabulario poético, esteticismo, erotismo, epicureísmo, etc., pero en su forma americana presenta sin embargo algunas diferencias: entre los poetas modernistas hispanoamericanos es mayor que entre los españoles la influencia de Bécquer y de la poesía del Romanticismo, pero es también mayor la apertura a la literatura francesa más avanzada del momento (especialmente Parnasianismo y Simbolismo),fundamentalmente porque los autores americanos eran en formación, carácter y cultura, mucho más cosmopolitas que los españoles.
Aunque el Modernismo comenzó a desarrollarse antes en la prosa que en el verso, fue en éste donde alcanzó sus mejores logros a través del ensayo de esquemas métricos y estrofas, añadido a la innovación en las imágenes y los juegos de sensaciones y a la renovación léxica, que más tarde volveremos a encontrar en el vanguardismo.
Con todo, y al igual que en España, según avanza el siglo, va produciéndose una cierta superación del modernismo puramente estético y la aproximación hacia una poesía de tema más profunda, más intimista y de menor brillantez expresiva, pero no puede establecerse una fecha final para este movimiento artístico.
Precursores.
José Martí. Prohombre cubano, periodista, escritor político, luchador por la libertad de su país, desterrado a España dos veces, residente en México, Guatemala, Venezuela y exiliado en Nueva York, murió en Cuba al participar en al invasión liberadora. Es para muchos críticos literarios el iniciador del movimiento Modernista, junto a Manuel Gutiérrez Nájera.
Ambos autores sintieron la fascinación por lo francés, que Martí pudo conocer de cerca de causa de sus destierros a España, sin embargo en él la reacción fue diferente a la de Gutiérrez Nájera, ya que no se guía por la forma sino que persigue convertir su poesía en un vehículo de transmisión ideológico y de expresión de la genialidad idiomática de su patria y de su lengua.
Publica su primer libro de poesías Ismaelillo en su destierro de Nueva York en 1882, se trata de un texto intimista dedicado a su hijo, de quien estaba separado a causa del destierro. No aparecen en esta obra influencias francesas, pero sí orientales, como el título (Ismael es el primogénito, símbolo de pureza).
La siguiente colección de poemas Versos libres, publicada en 1913, muestra ya ciertas diferencias que señala incluso el propio autor a través del prólogo, donde define de forma muy interesante la poesía. La versificación libre supone el momento cumbre del Modernismo Hispanoamericano, pero Martí no volvió a practicarla más.
"Así como cada hombre trae su fisonomía, cada inspiración trae su lenguaje. Amo las sonoridades difíciles, el verso escultórico, vibrante como la porcelana, volador como un ave, ardiente y arrollador como una lengua de lava. El verso ha de ser como una espada reluciente, que deja a los espectadores la memoria de un guerrero que va camino al cielo,y al envainarla en el sol, se rompe en alas."
Si escogió lo que hoy llamaríamos "versos blancos" fue por identificar libertad y poesía, de manera que la libertad poética era símbolo de la libertad humana, tema central de la obra. Martí entiende la libertad como concepto universal y valor irrenunciable del ser humano. A parte de la libertad, en esta colección de poemas tratará también el tema amoroso a través de una sensualidad refinada muy característica del movimiento al que se adscribe.
Versos sencillos (1891) supone su regreso a la versificación clásica, que a veces bordea el ripio, como vehículo de momentos autobiográficos, reflexiones y observaciones.
Emplea con cierta soltura los símbolos, pero también un lenguaje directo que recuerda mucho a las coplas y romances como en La niña de Guatemala.
Flores del destierro, publicado años después de su muerte (1933) no es un poemario al uso sobre el destierro, sino que en sus obras subyace la tensión constante del desterrado, provocando formas muy similares a las de la obra Versos libres.
La poesía de Martí debe entenderse apoyándose en sus datos vitales y sus convicciones políticas y sociales, y ello es lo que le aleja del Modernismo al uso puesto que no compone poesía para afirmar una estética sino para proclamar unos ideales, pero no por ello descuida la forma, si recurre a la descripción de ambientes decadentes lo hace para mostrar el contraste frente a la libertad y la dignidad del ser humano, cuando emplea los colores y algunas realidades, siguiendo la técnica simbolista, lo hacer para plasmar el enfrentamiento entre el ideal y lo miserable (verde, carmín, plata, amarillo, ala, pino, paloma, nube, sol... / veneno, negro, gusano)
“Mi verso es de un verde claro
y de un carmín encendido:
mi verso es un ciervo herido
que busca en el monte amparo”.

Manuel Gutiérrez Nájera. Si bien, por los datos que se tienen de este poeta, también periodista, podría clasificarse más como último de los románticos por su idealismo y neoplatonismo estético, merece un lugar entre los precursores del Modernismo
hispanoamericano por su sincretismo cultural y literario.
En su obra poética, no publicada de forma conjunta hasta 1896 se pueden diferenciar influencias de Bécquer, V. Hugo, Lamartine, Verlaine, Baudelaire, y muchos otros, lo cual no es óbito para que se adivinen desde muy temprano rasgos modernistas como en el poema Mi casa blanca (fechado en 1877) De luz y sombra o en Del libro azul (1880) y Cuadro de hogar (1879)
Posiblemente sea el texto La duquesa de Job (1884) el más representativo de su tendencia modernista; en él plantea una figura femenina, envuelta en un ambiente decadentista, como símbolo de la superficialidad y europeización del México de la época, aunque sin ninguna intención política o social.
La poesía era, para este autor, un culto a la belleza, hasta tal punto que su creación debía superar la belleza de la naturaleza (lo cual le señala como adelantado al Creacionismo de V. Huidobro) Gracias a la sistemática datación de sus poemas podemos observar el progresivo acercamiento hacia rasgos modernistas, que lo alejan, a su vez, de la postura romántica.
Manuel González Prada. Hijo de familia aristocrática, educado en un colegio inglés del Perú y en el seminario de Lima pero muy comprometido socialmente con los indígenas y marginados hasta tal punto que se convirtió en el adalid del indigenismo hispanoamericano moderno.
Su activismo social hace difícil su consideración como poeta modernista; sin embargo, su poesía demuestra una gran preocupación por la renovación formal, atacando con viveza la imitación servil de la literatura española (como se había hecho hasta entonces) y proponiendo la necesidad de crear una estética propia vigorosa y nueva, aunque también es verdad que buscó esa renovación en metros propios de otras literaturas europeas (italianas, francesas e inglesas) e incluso de alguna oriental (cuarteto persa, pantum malayo).
Frente a su compromiso político en la prosa: Páginas libres (1894) y Horas de lucha
(1908), son destacables los textos líricos: Minúsculas (primera colección de poesía, no publicada hasta 1901) Presbiterianas (1909) y Exóticas (1911), donde se muestra con ciertos rasgos modernistas. En Baladas peruanas (1935), escritos entre 1871 y 1879, cultiva la poesía de tradición castellana, para tratar temas comprometidos socialmente.
Julián del Casal. Cubano representante de la poesía de transición entre el Romanticismo y el Modernismo. Impenitente afrancesado y enamorado de Oriente, aunque nunca salió de Cuba, construyó su torre de marfil en un cuarto de su casa decorado con chinerías.
Sus mentores fueron Rubén Darío y el casi olvidado Aniceto Valdivia, quien le inició en la poesía francesa simbolista y parnasianista.
Sus obras más destacadas son: Hojas al viento (1890), que es su primer libro, muy influido todavía por el parnasianismo; Nieve (1892) y Bustos y rimas (1893), donde desdeña la naturaleza pura prefiriendo paisajes artísticos (coloristas e irreales).

Plenitud.

José Asunción Silva. Representante colombiano de la poesía modernista, tanto en su producción como en su corta vida. Su obra le define como modernista, pero le sitúa en una encrucijada, entre el Romanticismo tradicional al estilo de Bécquer y la renovación técnica.
El libro de los versos recoge los poemas mejor logrados dentro de la corriente de renovación técnica, fechados entre 1891 y 1896, cuya estructura fue muy cuidada; Gotas amargas (que tuvo que ser reconstruido parcialmente por sus amigos y publicado póstumamente, tras el naufragio donde se perdió) es una colección de poemas satíricos, desdeñados por el autor, no sin razón, por lo cual no quiso que se publicaran.

Rubén Darío. Félix Rubén García Sarmiento, nicaragüense universal por ser el primero de los modernistas y el auténtico iniciador de la corriente al unificar las tendencias que despuntaban.
Epístolas y poemas (1885) escrita a los 19 años, es ya muestra de algunas de sus más destacadas composiciones, que más tarde serían recogidas bajo el título de La iniciación melódica. En este primer momento se distingue cierta tendencia orientalista e incluso clasicista (mundo griego), admiración por Víctor Hugo, hispanismo literario y virtuosismo formal que destacan sobre todo en el uso del aleja
ndrino y del dodecasílabo con ritmo de seguidilla.
Los dos libros siguientes Abrojos (1887) y Canto épico a las glorias de Chile se alejan del camino abierto por el anterior, pero con Otoñales (Rimas), también de 1887, vuelve al Modernismo de inspiración romántica clásica (principalmente Bécquer) preparando así el camino para una de sus obras más reconocidas: Azul (1888)
Si bien la edición de Azul, tan breve que casi es sólo un cuadernillo, no presenta novedades formales, sí lo hará la reedición de 1890 donde encontraremos sonetos alejandrinos como Caupolicán o Venus y versos de 17 sílabas formados por hemistiquios de 10 y 7 sílabas respectivamente, dedicados, en algún caso a autores como Walt Whitman y Leconte de Lisle entre otros.
A partir de aquí la vida le cambiará, participará en la conmemoración del 4º Centenario del descubrimiento de América, lo cual le permitirá entrar en contacto con la generación literaria de la Restauración (Pardo Bazán, Valera, Castelar, Campoamor, Menéndez Pidal, etc.) y llevar a España los inicios del movimiento Modernista, para regresar a Hispanoamérica como un autor consagrado.
Prosas profanas (1896) sigue en la racha del éxito, y cultiva la nueva tendencia poética a través del desarraigo, el cosmopolitismo, la mitología grecolatina y el americanismo temático en alguna ocasión, además de las innovaciones métricas (endecasílabo de acentuación novedosa, dodecasílabo de acentuación libre, alejandrinos al estilo francés: de 12 sílabas, estrofas formadas por la mezcla de varios versos de la métrica clásica castellana, gusto por la rima esdrújula,...). Así se cumple el triunfo de una nueva sensibilidad poética, visión alegre y sensual, alejada de todo trascendentalismo.
Su segundo viaje a España, esta vez como corresponsal de “La Nación” de Buenos Aires en 1899, le lleva a entrar en contacto con la generación siguiente, la de 1898 en un momento en que los sentimientos de Hispanoamérica hacia la metrópoli habían tomado un cariz bien distinto, de búsqueda de refugio frente a la agresión política de EE.UU. A raíz de este viaje surgirá Cantos de vida y esperanza, publicado en Madrid en 1905; esta obra, más otoñal que las anteriores, abandona los temas mitológicos y de influencia francesa para dedicarse de lleno a los hispanoamericanos, castellanos e incluso más personales e intimistas como la angustia y la melancolía, como vehículo para una poesía más comprometida con pinceladas apocalípticas en alguna ocasión.
Los siguientes libros de Darío son: Canto errante (1907), Poema de otoño y otros poemas (1910), Canto a la Argentina y otros poemas (1914), Lira póstuma (1921)
Nuevas vías.
Leopoldo Lugones. Poeta modernista argentino, seguidor de Rubén Darío pero también innovador de la tendencia a través de sus ideas anarquistas y novedosas.
Fundador, junto con José Ingenieros la revista "La montaña", de temática política y literaria, donde vierte su ideología (que iría evolucionando con el tiempo), publica en 1897 su primer libro Las montañas de Or en el que se adivina la influencia literaria de V. Hugo, Walt Whitman y Poe y la social de Niestzche. Si bien se trata de una obra bastante comprometida socialmente, su lenguaje es depurado y retórico que le valió el apelativo de poeta decadentista.
En su segunda obra, Los crepúsculos del jardín (1905), presenta un modernismo más moderado, con ecos de Verlaine y Samain, pero con alguna incursión en el postmodernismo, como en el poema El Solterón escrito en quintillas (estrofa poco frecuente en el Modernismo). Con Lunario sentimental (1909) dará un nuevo sentido a la poesía, para ello toma como modelo al poeta franco-uruguayo Jules Laforgue, pero también al futurismo (en este año, Gómez de la Serna publica el manifiesto futurista en la revista "Prometeo"), al estilo funambulesco e irónico de Gómez de la Serna e incluso a los Hai-kais japoneses: todo ello tiene como resultado una poesía novedosa, audaz, precursora del Ultraísmo.
El libro siguiente, Odas seculares (1910), sorprende por el brusco cambio temático que supone. Lugones abandona la literatura de carácter más o menos anarquista y decadente para convertirse en un poeta intelectual y conservador. La obra se compuso para conmemorar el primer centenario de la independencia de Argentina.
De aquí en adelante cultivará una poesía cada vez más intimista y pura (sin estridencias), como en El libro fiel (1912) donde realiza un canto sereno al amor conyugal, o en El libro de los paisajes (1917) donde se refugia en una naturaleza variada, surgida del recuerdo. En esta última obra se encuentra uno de los poemas más famosos de su producción el Salmo pluvial que se ha considerado en ocasiones como una pequeña sinfonía musical.
En 1922 se retirará del Vanguardismo con Las horas doradas, donde se expresa a través de una poesía reflexiva, casi epicúrea y en 1924 escribe Romancero, repleto de formas métricas mucho más sencillas y serenas que las que ha ido manejando a lo largo de su producción. Poemas solariegos (1928) será un paso hacia su reencuentro consigo mismo, que coincide con el sentimiento común a muchos poetas hispanoamericanos de volver a los orígenes, que también aparecerá en la obra siguiente Romances del Río Seco (1938), última obra.
El proceso de depuración de su estilo poético pareció fundirse con el de su propia vida puesto que, el mismo 1938, aislado culturalmente, se suicidó.
Julio Herrera y Reissig. Poeta uruguayo nacido en el seno de una familia influyente, por lo que ocupó cargos oficiales y tuvo negocios diversos.
Hipersensible hasta la neurosis, fiel al inconsciente colectivo modernista, se creó una
"torre de marfil" (en este caso "torre de los panoramas") en una habitación en la que creó una tertulia de los iniciados, auque su máximo refugio fue el lenguaje manipulado y doblegado hasta la saciedad para crear mundos mágicos.
Tras su primera época, marcada por el romanticismo aunque con algunos atisbos modernistas como en Las Pascuas del tiempo (1900) cuyos poemas tienen una ambientación de opereta bufa, pasó a cultivar el Simbolismo, con el que estableció contacto a través de su amigo Roberto de las Carreras (poeta anarquizante que, a diferencia de Herrera y Reissig, sí viajó a París); dentro de esta corriente destaca su segunda obra Los maitines de la noche (1902) que por sus paradojas y el mundo interior al que nos transporta, bien podría entenderse como antesala del Surrealismo.
Junto a esta corriente de barroquismo casi metafísico Herrera y Reissig cultiva también una poesía de tipo pastoral e idílico en textos como Los éxtasis de la montaña (1907) y Los sonetos Vascos (1908); sin embargo, sus textos más destacados corresponden a la vertiente barroca, al lenguaje oscuro que él comparaba a la superficie encrespada del mar que esconde las maravillas del fondo.
Se dice que pudo imitar a Lugones, aunque otros críticos opinan lo contrario y lo cierto es que posiblemente sus semejanzas procedan de haber admirado a los mismos autores (Whitman, Poe, Lautreamont,...).
Murió en 1910 de una afección cardiaca.
Ricardo Jaimes Freyre. Poeta boliviano, aunque residente en Argentina, diplomático.
Cofundador con Rubén Darío de la “Revista de América” en 1894 y uno de los grandes impulsores del Modernismo.
Su gran novedad es la de no escaparse a lo exótico a través del mundo clásico o del
Simbolismo y Parnasianismo francés sino a través de la mitología nórdica
, por lo que su obra ha sido comparada con la música de Wagner. Cobró verdadera notoriedad a partir de la publicación de su obra Castalia bárbara (1899) cuyo tema es el conflicto entre los valores cristianos y el mundo pagano, este último más heroico aunque sin posibilidades de resurrección, por lo que tiende a ver el mundo moderno como un desierto cubierto por la nieve.
Publicó también Los sueños son vida (1917), obra en la que abandonó la ambientación nórdica sin conseguir grandes logros poéticos y realizó un intento de replanteamiento métrico de la literatura castellana al proponer los pies de tipo clásico como sustitutos para el sistema todavía hoy vigente, hecho que le puso entonces a la cabeza de los preceptistas más avanzados, a pesar de que la idea no prosperó.
Amado Nervo. Sin duda el más reconocido poeta modernista tras Rubén Darío. Su primer libro Perlas Negras que publicó en el mismo año que Místicas (1898) le muestra como un excelente creador modernista, con algún resabio romántico, con las obras siguientes Poemas (1901), El éxodo y las flores del camino (1902), Los jardines interiores (1905), va diversificando sus maneras, sin aportar nada nuevo, mientras que
Elevación (1917), Plenitud (1918) y El estanque de los lotos (1920) se muestran vagamente orientalistas, con incursiones en la mística tanto cristiana como budista.
Lo paradójico es que la obra más conocida y representativa de esta autor es la menos modernista de todas, La amada inmóvil (1920), en la que muestra una poesía de corte intimista.

Postmodernismo.

El Postmodernismo empieza como prolongación y actualización de lo que el Modernismo tenía de positivo. Simbólicamente puede considerarse "inaugurado" el Postmodernismo a partir de la publicación del soneto Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje de Enrique González Martínez en 1911, no como ruptura o reacción sino como producto natural del desgaste de la corriente anterior, por lo que se volvía a lo cotidiano, al paisaje propio en sustitución del paisaje intelectual o de cultura, pero sin abandonar el gusto por la musicalidad en el verso.
Si difícil es señalar el inicio del Postmodernismo, no lo es menos su final ya que convivió con el Vanguardismo y se pueden encontrar posmodernistas hasta los años 50.
Sinónimo de Postmodernismo es Novomundismo ya que en esta corriente se recurre al paisaje del Nuevo Mundo como símbolo de la búsqueda de la realidad perdida además de recurrir también a aspectos vulgares tan olvidados en el Modernismo, por lo demás la técnica del Modernismo y el Postmodernismo son similares, ambas corrientes manejan el alejandrino, el eneasílabo y el endecasílabo como metros básicos y gustan de la musicalidad en el verso.
Son muchos los autores postmodernistas, pero por primera vez en mucho tiempo también puede hacerse mención de muchas poetisas, que para algunos sectores de la crítica pueden considerarse un grupo destacado dentro de la corriente.

Enrique González Martínez marcó con su soneto Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje el camino a seguir hacia la reflexión y la interiorización que él mismo cultivó en obras como Los senderos ocultos (1911), La palabra del viento (1921), Ausencia y canto (1937), Vilano al viento (1942) y El nuevo Narciso y otros poemas.
Ramón López Velarde estuvo influido por Leopoldo Lugones, del cual tomó el gusto por las imágenes sorprendentes y la adjetivación inesperada, pero en su poesía pueden encontrarse muchos otros rasgos propios como la ironía sin agresividad, el erotismo leve y una religiosidad sincera, en cuya mezcla puedan encontrarse quizá algunas reminiscencias decadentistas. Sus obras son La sangre devota (1916), Zozobra (1919) y El son del corazón, que no fue publicado hasta 1932.
Baldomero Fernández Moreno es el más característico representante del Sencillismo.
Obras suyas son Las iniciales del misal (1915), Intermedio provinciano (1916), Campo argentino (1919) y Aldea española (1925)
Enrique Bachs, poeta argentino de obra extraordinariamente escasa. Sus cuatro poemarios Las barcas (1907), El libro de los elogios (1908), El cascabel del halcón (1909) y La urna (1911) muestran una progresiva búsqueda de la expresión justa, lograda en el último libro, muestra de
Neoparnasianismo y Poesía Pura.
Si bien hasta ahora los autores mencionados destacan por la temática autóctona, en adelante se señalaran las autoras representativas de la vertiente intimista y humana del Postmodernismo.
Gabriela Mistral, pseudónimo de Lucila Godoy Alcayaga, es uno de los nombres más destacados del postmodernismo hispanoamericano. Maestra rural chilena de origen vasco que publicó su primera obra en la revista “Elegancias” en 1913,Un cuento y un poema, pero que se consagró a partir de 1914 con el primer premio de los Juegos Florales de Santiago de Chile: Sonetos de la muerte, dedicados a un joven suicida, con quien había mantenido una frustrada relación amorosa; a parte del premio también se llevó la reacción hostil de algunos sectores de la crítica por expresar sus sentimientos tan abiertamente, siendo mujer.
Esta obra es todavía modernista en su forma, pero son rasgos postmodernistas la expresión y la temática.
Como maestra rural recorrerá casi toda la geografía chilena, ejercerá en Punta Arenas, en el Polo Sur cuyo paisaje le inspirará las poesías publicadas en 1922 con el título de Desolación y que al ser conocido universalmente le abrirá las puertas del mundo. A partir de la publicación de esta obra comenzará a viajar por América y Europa. Esta obra está todavía marcada por la estética modernista.
Publicará en 1929 su segundo libro Ternura, donde recoge de forma casi monográfica toda su producción dedicada a los niños. Este libro está redactado con un lenguaje espiritualizado e infantilizado al máximo, muy alejado del barroquismo lingüístico que la define en el resto de su producción.
Tala aparecerá en 1938, como obra de madurez y objetividad aunque con ciertos rasgos de hermetismo conceptista, seguido de Lagar en 1954 que será su última obra publicada en vida. Póstumamente se publicó Poema de Chile (1967)
Esta autora domina con maestría el endecasílabo, pero si lo cree necesario rompe la simetría del poema quitando o poniendo sílabas al verso, como si temiera anquilosarse en un ritmo y una forma determinada, en cuanto a los recursos técnicos, no emplea ningún elemento del lenguaje de forma gratuita, sino más bien al contrario, todos en su justa medida, en lo que es un camino hacia la poesía pura, pero sin caer en el sencillismo de algunos modernistas.
La suiza (aunque afincada desde la infancia en Argentina) Alfonsina Storni llevó a su poesía las amarguras de su vida en parte provocadas por la fusión de su gran sensibilidad erótica y su sentido de superioridad hacia el hombre. Puede situarse en el paso entre Postmodernismo y Vanguardia.
En los inicios su poesía comenzó siendo triste, como lo demuestra el título de su primer libro: La inquietud del rosal (1916), bastante inmaduro todavía y bastante modernista, pero pronto evolucionó hacia un mayor pesimismo a lo largo de sus obras El dulce daño (1918) que es un canto al erotismo y la contemplación del yo, Irremediablemente (1920), Languidez (1920) y Ocre (1925), siendo esta última expresión de madurez, aunque el verdadero cambio en su estilo se produce en Mundo de siete pozos (1934) donde se acerca al ya consolidado Vanguardismo, que continua practicando en Mascarilla y trébol de 1938 donde destaca un antisoneto (soneto sin rima) entre las innovaciones métricas acometidas.
Juana de Ibarbourou Pseudónimo de Juana Fernández Morales, poetisa representante del postmodernismo espontáneo, espiritualista y de leve erotismo como muestra ya en su primera obra Las lenguas de diamantes (1919), un año después publica El cántaro fresco, libro de prosa poética. En 1922 aparece Raíz salvaje, donde se puede constatar un cambio con respecto a su poesía anterior puesto que va sustituyendo el júbilo y el vitalismo por una un punto de vista más neutro, comienza a meditar sobre la muerte y asume posturas panteístas.
En 1929 recibe el extraño título de "Juana de América" pero ni siquiera esto podrá detener el proceso de cambio de su poesía que se vuelve a notar en 1930 con la publicación de La zona de los vientos y en 1950 con Pérdida, en donde ya ha tomado conciencia de que las nuevas tendencias la han superado; Más tarde publicará Dualismo, Azor (1953) y Romances del destino (1955). En sus últimas obras (Oro y tormenta, Elegía y La pasajera) se adivina el desencanto de haber perdido su época, a pesar de que realizó algunos intentos por adentrarse en el Vanguardismo.
Vanguardia.
Huidobro y el Creacionismo.
Los primeros experimentos vanguardistas en Hispanoamérica se dieron de forma tímida en algunos posmodernistas, influidos por las tendencias literarias tanto europeas como norteamericanas, pero es Vicente Huidobro el representante más destacado de esta etapa de introducción vanguardista en Hispanoamérica.
Sus primeros libros fueron de influencia modernista, pero desde 1913 se perciben intentos de renovación, sin saberlo, Huidobro era fiel al prototipo de vanguardista al partir de una ruptura radical frente a lo establecido y negando cualquier precedente a su arte: En su técnica, Creacionismo, descrito a través del manifiesto Non serviam (‘No serviré’) de 1914, no se subordina a la tradicional labor artística de imitación a la realidad sino que pretende crearla a través de la liberación de la palabra de su función transmisora para convertirla en realidad misma o parte de ella (arte antimimético y antisubjetivo, muy influido por el Cubismo), y es precisamente en este postulado en lo que coincide con vanguardistas europeos.
A pesar de su insistencia en proclamar que incluso se adelantó al Vanguardismo europeo, lo cierto es que el Creacionismo parece tomar forma a partir de 1916, año de sus viajes a Buenos Aires, Madrid y París, donde entró en contacto con Pierre Reverdy y Guillaume Apolinaire, participando de forma destacada en sus revistas.
Sus primeros experimentos poéticos se publicaron en francés con el título de Horizón
carré
(1917), y un año después volvió a España donde influirá en los jóvenes poetas agrupados hasta entonces en torno al Ultraísmo, regresa a Chile en 1919, aunque viajará con frecuencia por Europa y pronunciará conferencias sobre la nueva estética.
La aventura creacionista comenzará a partir de 1919 con la participación de autores españoles (Juan Larrea, Gerardo Diego) e hispanoamericanos (César Vallejo), siendo sus primeros intentos en castellano los poemas Ecuatorial y Poemas árticos en los que combina técnicas futuristas y expresionistas y se superará con Poemas giratorios.
Altazor o el viaje en paracaídas (iniciado en 1919 y publicado en 1931), es su obra más importante: en ella describe la caída en paracaídas del hombre moderno hacia la muerte, todo el largo poema es un símbolo de la búsqueda de la fe y la certidumbre y el intento de asirse a algo estable entre lo que destaca la poesía y el amor como elementos liberadores. Al final hasta el lenguaje se desmorona para acabar en una serie de sonidos sin sentido.
En esa creación de nuevas realidades se incorporan a su poesía las experiencias con ideogramas, y sobre todo la absoluta libertad en la elaboración de imágenes poéticas.
Más que los resultados, en la poesía de Huidobro lo que hay que valorar es la influencia sobre otros poetas a la hora de crear una conciencia de Vanguardia.

Borges y e
l Ultraísmo
Nacido en el seno de una distinguida familia argentina, su formación fue exquisita y puede afirmarse que las lecturas en la extensa biblioteca paterna son uno de los pilares de su maestría, sin olvidar su conocimiento de las vanguardias europeas a través de sus estudios de Bachillerato en Ginebra, donde queda impresionado por el Expresionismo alemán, al que siempre reconocerá una mayor seriedad y afán renovador que las estéticas, algo frívolas, de la Vanguardia hispana.
De Ginebra pasará a Mallorca, donde se unirá al grupo poético de Juan Alomar y Jacobo Sureda, más tarde conectará en Sevilla con los grupos de vanguardia y en Madrid entrará a formar parte de los grupos literarios. En 1921 se publicará la revista ultraísta argentina "Prisma", en la que participa junto a otros autores, en ella proclaman haber sintetizado al máximo la poesía hasta reducirla a su elemento primordial: la metáfora.
Si bien sus primeros pasos como poeta los da dentro del Modernismo, ya en 1923 publicará Fervor de Buenos Aires donde se presenta como un poeta analítico para quien todas las cosas tienen un signo de trascendencia.
En 1925 aparece Luna de enfrente, uno de los textos más optimistas del autor, por su “acento sálmico” que exalta su fe en la poesía, pero en 1929 aparece Cuaderno San Martín, obra que señala ya un desvío con respecto al Ultraísmo y que quedará integrada en la obra anterior, a modo de apéndice.
Hasta 1934, Borges no vuelve a cultivar la poesía y al regresar lo hace publicando Poemas, una reedición (seleccionada) de sus obras anteriores, pero más tarde publicará El hacedor (1960) y en 1964 otra revisión de su lírica en Obra poética, de la que se desglosará en 1969 El otro, el mismo, obra compleja donde el lenguaje es seguro y sereno.
Los últimos libros del autor son consciente y declaradamente reiterativos: Elogio de la sombra (1969), El oro de los tigres (1976), Historia de la noche (1977), La cifra (1981) y Los conjurados (1985).
Si bien Borges comenzó cantando líricamente su mundo interior, pronto evolucionó y comenzó a introducir en su obra preocupaciones metafísicas (el tiempo, el sentido del universo, la personalidad del hombre, etc.) que hacen de su obra una poesía intelectual.

Poesía negrista o afrocubana.
La peculiar Vanguardia cubana entre los años 20 y 30 se implica socialmente y participa en las luchas políticas de la isla, se trata del afrocubanismo, que combina el primitivismo con la exaltación de la espontaneidad de lo negro cubano y el sencillismo del lenguaje utilizado. Esta tendencia se desarrolló por todo el Caribe como reconocimiento de la negritud como cultura original y válida en el contexto mestizo de lo hispanoamericano; sin embargo, no llegó a Europa hasta que Lorca publicara su Poeta en Nueva York, donde incluye una elegía al negro de Harlem, con ella dio un nuevo estímulo al afrocubanismo que podemos ver representado en Nicolás Guillén.
En la forma de esta poesía hallamos ante todo una métrica especial, caracterizada por ritmos muy fuertes y marcados, insólitos en la lírica europea, unidos sin embargo a formas métricas tradicionales castellanas y elementos vanguardistas. Pueden diferenciarse tres variedades básicas:
- Poesía culta en la que el tema del negro entra como elemento pintoresco. Su representante principal es Luis Palés Matos.
-Poesía popular o folclórica, en la que el habla propia del negro se convierte en elemento fundamental, como en la obra de Nicolás Guillén y Alejo Carpentier.
-Poesía de intención social y política que pretende la rehabilitación y dignificación de la población negra. El máximo representante vuelve a ser Nicolás Guillén.
El iniciador de esta corriente es posiblemente el puertorriqueño Luis Palés Matos con el poema Danzarina africana (1917) en el que aparecen algunos de los rasgos de esta corriente, que también sigue en su obra Tun tun de pasa y gritería (1937) donde entra de lleno en la defensa de la cultura antillana, incomprendida por muchos, pero los autores más destacados son cubanos.
Emilio Ballagás, que alterna su labor poética con la reivindicación del negro, desde una perspectiva de solidaridad cristiana. Toda su obra literaria, no sólo la poética, gira en torno a este eje temático, como lo demuestran sus títulos Cuaderno de poesía negra (1934), Antología de la poesía negra de América (1935), Mapa de la poesía negra americana (1936) y Situación de la poesía afroamericana (1946), sobre el tema, mientras que sus producciones propias se recogen en Elegía sin nombre (1936) y Sabor eterno (1939).
Más recientemente Nicolás Guillén canta el mestizaje, la mezcla en su persona de dos mundos y dos culturas, aunque su poesía evoluciona pronto desde posturas folkloristas hacia preocupaciones sociales y revolucionarias. Su estilo destaca por su sentido del ritmo, muy influido por el "son" afrocubano, un lenguaje estilizado pero lúdico, lleno de sorpresas, a ello debe unirse su interés por lo social. Comenzó a escribir en torno a 1930 mezclando temas políticos y raciales, en West Indies Limited (1934) se aleja del pintoresquismo y se centra en el odio hacia el colonialismo para después seguir la evolución hacia la reivindicación política, abandonando el afrocubanismo en esta evolución destacan: Sóngoro Cosongo (1931), Cantos para soldados y sones para turistas (1937), El son entero y La paloma de vuelo popular, esta última supone una revisión muy crítica de su labor como poeta. En 1964 publica Tengo, libro abiertamente comprometido con la nueva situación política cubana, también de ese año es El gran zoo, donde practica el cubismo poético.

Poesía comunicativa o viva. Octavio Paz.
Uno de los grandes poetas hispanoamericanos contemporáneos por su estado de constante indagación a cerca del sentido último de la realidad, las interrelaciones y la lectura de los símbolos. Sus ideas sobre poesía se exponen en El arco y la lira (1956) libro de teoría literaria. Une en ellas las propuestas de los simbolistas franceses y de las escuelas de vanguardia, especialmente Apollinaire y el surrealismo: "la poesía consiste ante todo en la liberación de la palabra, que queda transmutada, ajena a su utilidad habitual y a su valor de comunicación para convertirse en algo nuevo, liberado".
Frente a la poética de Neruda o de Vallejo, Octavio Paz iguala la poesía con la religión y el amor, como procesos de revelación, de manera que la palabra es portadora de los valores universales (bien /mal, orden/ desorden, Ying / Yang, unión/ separación).
En 1933, momento en que el experimentalismo vanguardista se atenúa, publicó sus primeros poemas, de tendencia neorromántica, recordando su infancia, bajo el título Luna silvestre, en esta misma época dirige revistas poéticas como “Barandal” y “Cuadernos del Valle de México”, y en 1938 fundó la revista “Taller”; pronto aparece la preocupación social y los temas humanos: el amor, el tiempo, la soledad... que quedan reflejados en Libertad bajo palabra, obra en la que realiza un intento por agrupar su producción poética entre 1935 y 1957.
En los años 40 y 50 seguirá una nueva tendencia poética, el surrealismo: el uso de lo irracional, la vuelta a lo mítico, a lo mágico en busca del uso liberador de la palabra, la obra más representativa de este período puede ser Piedra de sol (1957), donde sorprende por el empleo de elementos míticos de origen azteca.
Poco después de publicar Piedra de sol fue nombrado embajador en Delhi, donde vivió hasta 1968 y donde amplió su mundo mítico con la incorporación de los mitos orientales. Durante su estancia en la India escribe Ladera Este, entre 1962 y 1968, obra que supone el compendio de un aprendizaje en la exploración formal del lenguaje como puede comprobarse en El mono gramático (1970) donde también utiliza el mundo oriental buscando anular el lenguaje de manera que este no se interponga entre el lector y la realidad: "no pensar: ver, hacer del lenguaje una transparencia".
Salamandra comprende obras producidas entre 1958 y 1961, y desarrolla también la línea liberadora de la palabra.
La experimentación le llevó a publicar Blanco (1967), Discos visuales (1968) y
Topoemas(1968) que se orientan hacia la pintura y la música, poemas escritos en columnas, con diversas lecturas, rotatorios sobre discos que exigen la participación del lector, composiciones de imágenes, hai-kais, etc., que le devuelven a las líneas abiertas por Apollinaire, y que recoge en Vuelta, publicado en 1976, a su regreso a México.
Octavio Paz ha jugado un importante papel en la literatura hispanoamericana, pues además de su creación personal fue un importante animador cultural: desde sus revistas sucesivas (Taller, Vuelta, Plural) aglutino a las promociones más jóvenes, mostrándose siempre en vanguardia de la experimentación. Fue Premio Nobel de Literatura en 1990.
Pablo Neruda.
El verdadero nombre de este chileno universal era Ricardo Neftalí Reyes. Todavía estudiante se interesa por ideas anarquistas y toma como nombre literario el de Pablo Neruda. Desde 1921 estudia en el Instituto Pedagógico de Santiago. Tras algunos años de bohemia juvenil, ejerció cargos diplomáticos en el sur de Asia (1927 - 1933), posteriormente en Barcelona (1934) y luego en Madrid, donde se incorporó a la vida poética española; entabló amistad con muchos de los miembros de la Generación del 27 y se incorporó posteriormente a las campañas ideológicas de la Guerra Civil española, acompañando al bando republicano. No cesó ya nunca en su intervención política, centrada siempre en el Partido Comunista. Perteneció al Senado Chileno entre los años 1945 y 1948. Hubo de exilarse entre 1948 y 1952. Premio Nobel de Literatura en 1971. Falleció en 1973.
Se trata de un poeta de gran facilidad y fecundidad, con una extensísima obra poética que se inicia en 1923 con el libro de poemas titulado Crepusculario, texto postmodernista en donde ya plantea la temática que le acompañará a lo largo de toda su obra: la fugacidad del amor y de las cosas, de la cual huye para sumirse en lo cósmico.
Ese mismo año publicó también El hondero entusiasta. El libro siguiente: Veinte poemas de amor y una canción desesperada, publicado en 1924, es un paso más en la expresión de la soledad y la fugacidad de las cosas, esta vez con tal brillantez que su fama fue inmediata (ritmos hábiles, poemas frescos y naturales, combinación de imágenes muy elaboradas junto con expresiones coloquiales que conceden gran sencillez a los poemas). A partir de este momento podemos considerar que Neruda ha logrado un lugar entre los poetas, su producción podrá dividirse en dos etapas:
1ª Etapa. Desde 1925 experimenta la influencia de las vanguardias, publicará la colección de poemas Tentativa del hombre infinito de tendencia surrealista.
Tras unos años de actividad diplomática por Oriente publica dos de los primeros volúmenes de la enigmática Residencia en la tierra, donde incorpora elementos surrealistas en un lenguaje espeso, barroco, torrencial pero muy plástico, que pretende contar sensaciones se angustia y soledad: Presenta, muy en la línea de aquellos años, un mundo personal, trágico y confuso: un mundo de abatimiento, de objetos viejos, extinguidos, cadáveres... Un entorno que muestra la sensación de angustia y de fracaso a la vez personal y metafísico. Esta es la obra que cierra la etapa.
2ª Etapa. En España durante el decenio de los años 30 Neruda es cónsul de su país en Barcelona, allí contribuye a combatir la "poesía pura" al uso (poesía conceptualizada a la búsqueda de la belleza pura, caracterizada por su distanciamiento de la vida y de los sentimientos).
Crea frente a ella el concepto de "poesía impura", que defenderá desde su revista
"Caballo Verde para la Poesía": una poesía interesada por la historia, la unidad entre los hombres, la transformación social y el cambio histórico.
Todo ese interés y la visión de los problemas españoles en la preguerra le llevarán al marxismo. Marcado por la Guerra Civil española acelerará su evolución hacia el compromiso político, lo que se muestra en el tercer volumen de Residencia en la tierra (1937), centrado en los problemas de su nueva "poesía sin pureza", que incluye un elogio de la España Republicana: el libro España en el corazón, escrito anteriormente, entre 1936 y 1937.
En la misma línea prosiguió el Canto General (1950), sin duda su obra más ambiciosa, aplicación de los principios poéticos ya descubiertos a la realidad americana. El libro pretende ser un poema épico acerca de América, su descubrimiento y su conquista, su historia, su paisaje y sus hombres, visto desde la perspectiva liberadora y reivindicativa a la que le lleva su ideología. Es una poesía militante, didáctica a la vez, muchas veces de tono épico, aunque a veces se haga extremadamente prosaica.
En el libro siguiente: Los versos del capitán (1952) canta los amores por la que será su tercera esposa, a la vez que inicia la poesía del amor de madurez, mientras que en Las uvas y el viento (1954) narra sus experiencias y viajes durante la guerra fría a modo de diario militante. Menos comprometidas, las Odas Elementales (1954) y sus continuaciones Nuevas odas elementales (1956), Tercer libro de las odas (1957) y en parte Navegaciones y regresos (1959) simplifican el lenguaje para contar, en arte menor, el júbilo que siente el poeta por las cosas sencillas y cotidianas y por los antiguos oficios.
Otras obras interesantes son Estravagario (1958), libro interesante por su humor y fantasía, donde las realidades naturales son transmutadas en fantásticas a través de la alegoría, a partir de esta obra se inicia un período de reflexión sobre el pasado que plasma en Las piedras de Chile (1961) Cantos Ceremoniales (1961), y Plenos poderes (1962); junto a los temas de siempre, en este último momento aparece uno nuevo: La Isla Negra (donde se construye una casa) y el paisaje marino que la rodea, en 1964 publicará el relato poético de su vida en cinco libros Memorial de la Isla Negra.
La poesía de Neruda ha seguido los ritmos naturales de la vida: agresiva en la adolescencia, obsesionada por la muerte en la primera juventud, política y social en la madurez, ágil y desenfrenada en la vejez, para enfrentarse al tiempo.

Nueva poesía experimental: César Vallejo.

Se trata de un personaje de cultura provinciana; mestizo, con lo que ello suponía en la sociedad peruana- de formación autodidacta, pero muy profunda gracias a una personalidad hipersensible. Su constante inquietud renovadora le lleva a practicar una poesía siempre avanzada, abrupta y frecuentemente hermética.
Los rescoldos modernistas del Perú en el que empieza a escribir se dejan sentir en su primera obra, Los heraldos negros (1918), época en que ejerció en Lima como profesor particular y entabló conocimiento con varios poetas.
Su segundo libro, Trilce (1922) lo consagró como poeta; se trata de una obra mayoritariamente compuesta en la cárcel a donde fue a parar acusado de haber participado en unos disturbios callejeros. Desde 1923 hasta su muerte vivió en París, con algunas visitas a España especialmente durante la Guerra Civil. En París mantuvo amistad con el poeta vanguardista español Juan Larrea, y participó en la revista de éste y Gerardo Diego, Favorables-París-Poemas (1926). Conectó también con la vanguardia literaria y artística y pasó de un cristianismo primitivo que nunca abandonó, a la militancia comunista. Precisamente de esa época tratan sus poemas que insisten más en la solidaridad humana. Otros temas constantes son: el tiempo, la muerte, la existencia, el hombre... vistos casi siempre como algo negativo, oscuro: El hombre solamente se rescata de su condición animal a través del sufrimiento y del dolor. Junto a esa obsesión por la "condición humana" también se interesó, dada su militancia comunista, por los problemas políticos, que a veces transforman su obra en poesía de compromiso social.
No publicó ningún otro libro de poemas en vida, todo lo que compuso en Europa fue publicado póstumamente en 1939 bajo el título de Poemas humanos cuya última parte, formada por poemas dedicados a la Guerra Civil española, se subtitula España, aparta de mí este cáliz.
Última poesía hispanoamericana.
Destacan los poetas y las poetisas: Ida Vitale (Uruguay) Oidor andante (1972), Jardín de sílice (1980), Oscar Hahn (Chile), María Negroni (Argentina) Premio Guggenheim de poesía en 1994; autora del poemario Islandia, Víctor Manuel Mendiola (México), Julio Trujillo (México) Una sangre (1998). Silvia E. Castillero (México), José Luis Vega (Puerto Rico), Pedro López Adorno (Puerto Rico): Las glorias de su ruina (1988). Armando Romero (Colombia), Enrique Fierro (Uruguay), Eduardo Espina (Uruguay): El oro y la liviandad del brillo (1994). Miguel Angel Zapata (México) e Isaac Goldemberg (Perú), entre otros.



De Octavio Paz, Central Park, versión musical de Loquillo y Los Trogloditas.

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